La celebración dura tres días, el primer día, los sacerdotes (ketera), los diáconos (debteras) y la congregación entera sacan el Tabot (un modelo del Arca de la

El Tabot envuelto en estupendas sedas bordadas, con brocados dorados y plateados es llevado en procesión sobre la cabeza del Ketera. Es una procesión religiosa multitudinaria, espectacular y muy colorida, pues los Keteras lucen unos espectaculares trajes ceremoniales de terciopelo y satén y van resguardados bajo sombrillas multicolores que representan cuerpos celestiales.

El Tabot se lleva hasta un estanque, lago o río, donde se mantiene vigilado por los dignatarios religiosos durante toda la noche. En la madrugada del día siguiente la ceremonia continua con el resonar de los kebero (tambores), a la vez que entonan plegarias en Ge´ez (la lengua más antigua del continente africano), el Ketera bendice a los fieles.

Después, el sacerdote de más rango sumerge una cruz de oro y apaga una vela consagrada en el agua. Tras este gesto, él mismo toma el agua y la lanza hacia los fieles simulando el bautismo de Cristo, muchos de ellos se sumergen en el agua simbolizando la renovación del bautismo.

Al anochecer la fiesta culmina con una nueva procesión en la que se devuelve el Tabot a su iglesia para que repose allí de forma segura hasta el año siguiente.
