Es zona endémica para la gastroenteritis, malaria, parásitos intestinales, meningitis, fiebres, infecciones respiratorias, lombrices intestinales, parásitos de la piel, tuberculosis, diabetes, ceguera, etc…, debido a la falta de agua e higiene. Están muy sucios, con los ojos y la nariz cubiertas de moscas y poca o mas bien ninguna ropa. A las enfermedades numeradas anteriormente, se añaden el SIDA, el tifus y el cólera.
La situación sanitaria es muy grave. El índice de mortalidad es muy elevado, y cada día más. La asistencia médica es escasa, y la tasa de mortalidad de niños menores de 5 años alcanza casi un 50%; se estima que un 7% de las mujeres mueren durante el parto y los hijos son abandonados en su mayoría. La esperanza de vida es de 43 años. Hay un gran número de viudas (os) y huérfanos, muchos casos de discapacidad y de personas que no tienen una familia capaz de cuidar de ellos: viven en estado de desolación, semi-abandono y mendicidad. La costumbre es dar a luz en casa sin recibir asistencia médica, las mujeres dependen de las decisiones de los maridos, que tienen derecho a decidir si consultar a un médico y cuándo. La mayoría de las veces la decisión se toma demasiado tarde y, peor aún, después de haber intentado aplicar la medicina local por personal no capacitado; el peligro de complicaciones conlleva, en muchos casos, la muerte de las madres y los bebés, además de otras secuelas graves, como hemorragias, infecciones, fístulas vaginales, rotura del útero, etc. En algunas Comunidades de la zona, se practican rituales para intervenciones de: anginas, circuncisión y ablación, los niños son las primeras víctimas de estas “operaciones”.
No hay transporte, los pacientes llegan desde muy lejos, en camillas transportadas por cuatro o más personas, el viaje dura varias horas, o incluso días.
El hospital no proporciona asistencia gratuita, pues no tiene ningún apoyo económico, salvo en casos excepcionales.
Tiene una capacidad de 72 camas, aunque en ocasiones se ven obligados a preparar otras 30 o 40 camas mas, especialmente en épocas de epidemias de malaria o meningitis epidémica. Cuenta también con un pabellón de malnutridos. Presta servicios de salud curativos en el área: quirúrgica, ginecológica y pediátrica. También cuenta con laboratorio, rayos X, farmacia y ultrasonido.
Las consultas están abiertas de lunes a viernes, de 8:00 a 17:30. Durante la noche, sábados y domingos, hay urgencias, atendidas por un médico y alguna enfermera. El hospital atiende por término medio, 100 pacientes al día. La malaria es la primera causa de la admisión, seguida por enfermedades del aparato digestivo e infecciones agudas. Los enfermos tardan mucho en acudir a los servicios médicos, lo que agrava la dolencia que padecen, provocando en algunos casos que la curación ya no sea posible.
El flujo cada vez mayor de pacientes promueve el uso del laboratorio. Con el aumento de operaciones, ha aumentado también el número de donantes de sangre: los voluntarios o los padres y familiares de los pacientes. En la actualidad, el hospital tiene banco de sangre.
Las operaciones se han incrementado en un porcentaje muy alto; el Hospital cuenta con un solo quirófano y una sala de 11 camas. La mayoría de las operaciones son: cesáreas, gastro-obstrucciones intestinales y tumores, rupturas de útero, bocio, patología ginecológica, abscesos, etc…
Consta de un servicio de ortopedia con tratamiento de fracturas óseas (abiertas y cerradas, con fijación interna o externa), osteomielitis, pie zambo y cirugía de la discapacidad.
“Empieza por hacer lo necesario, luego lo posible y de pronto te encontrarás haciendo lo imposible”. San Francisco de Asís