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Día Mundial de la Alimentación


Etiopía es uno de los cinco países más pobres del mundo. Casi la mitad de la población está desnutrida, millones de personas mueren de hambre cada año. 
La región de Wolayta tiene uno de los índices más altos de población del país, y periódicamente sufre lo que  denominan "hambruna verde", refiriéndose a una crisis que no es provocada por falta de fertilidad en la tierra, sino por la imposibilidad de cultivar para el consumo humano.

Pero lo más triste de todo y es una realidad, es que la pobreza se transmite de generación en generación; la pobreza en la infancia origina la pobreza en la edad adulta; podríamos decir que la pobreza crea pobreza, y entramos así en un círculo vicioso.

DIEZ PUNTOS SOBRE EL HAMBRE EN ETIOPÍA:




* Más de 2 de cada 5 niños en Etiopía sufren retraso en el crecimiento; esta es una condición de por vida que se produce cuando los niños no reciben nutrientes críticos en el útero o durante los primeros cinco años de vida.

* El 52% de los niños menores de 5 años están moderadamente o severamente malnutridos, 38% están bajos de peso y entre el 8% y el 10% presentan un peso por talla inferior al 70%.

* Hasta un 81% de todos los casos de desnutrición infantil y sus patologías relacionadas no reciben tratamiento.

* El 44% de los costos de salud relacionados con la desnutrición se producen antes de que el niño cumpla su primer año de vida.

* El 28% de la mortalidad infantil en Etiopía está relacionada con la desnutrición.

* El 16% de los niños que repiten el año en la escuela primaria están asociados con retraso en el crecimiento.

* Los niños desnutridos tienen mayor riesgo de anemia, diarrea, fiebre e infecciones respiratorias. Dado que el tratamiento de estas enfermedades es costoso para las familias, muchos niños corren el riesgo de morir.

* El crecimiento anual de población es el 2’7% con una tasa de fertilidad sobre 5.4 hijos por mujer. Mientras que el crecimiento anual de la producción agrícola es del 2.4%. El agujero entre la población y la producción agrícola no solo no está disminuyendo sino que cada vez es más grande.

* La mortalidad infantil relacionada con la desnutrición ha reducido la fuerza laboral de Etiopía en un 8%.

* El 67% de la población adulta en Etiopía sufrió de desnutrición crónica durante su niñez.

Millones de pequeños agricultores etíopes siguen dedicados a actividades de subsistencia y dependen totalmente del clima. Tienen dos épocas de cosecha: la principal “meher”, que se recolecta a finales de año (época de lluvias) y la secundaria, “belg”, que se cosecha durante el periodo que va de marzo a mayo. 

El tipo de grano que plantan es fundamentalmente maíz, batatas, patatas y frijoles, aunque muchas de ellas plantan “enset”, también llamado falso banano porque no da fruto. Machacando las raíces del enset se hace una papilla; también se hierve su corteza; cualquiera de estos dos platos tiene poquísimo valor nutritivo, pero en cambio engañan al hambre. En otros casos preparan una pasta de las hojas y es su pan (kocho). El ir a dormir sin tomar ni un trozo de pan es común en la mayoría de las casas.

En Etiopía el 31% de las familias viven con menos de 1 € al día y el 76,4% con menos de 2 €; vivir con estas cantidades es una interminable lucha por el sustento y por la supervivencia. Si tuviéramos que describir con una sola palabra esta región del país, esta palabra sería: MISERIA.

Cada seis segundos muere un niño por problemas ligados al hambre y la malnutrición en el mundo. Desde este primer mundo, todos podemos poner nuestra gota. Millones de gotas hacen un océano. Ojala se logre evitar lo que parece inevitable. Ojala haya menos hambre y no más muertes. Ojala consigamos para estas familias una vida más digna.  Combatir el hambre es un proyecto de todos.

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