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Quedan pocos días

Ya nos quedan pocos días y volvemos de nuevo a ver a nuestras familias etíopes, como en otras ocasiones intentaremos serles útiles y daremos lo mejor de nosotras a todos aquellos que lo necesiten. Vamos con la ilusión de darles todo nuestro cariño y amor a unos niños cuya realidad, no les corresponde con todo el amor del que sin duda, son merecedores. Unos niños alegres, cariñosos, generosos, autosuficientes, fuertes y valientes. Todo lo que hacemos es por y para ellos. No hay nada más. Cariño y entrega son los pilares de nuestros proyectos. Trataremos de dibujar en sus bonitas caras una gran sonrisa.

Nuestras familias realmente sufren grandes privaciones. La pobreza material es sobrecogedora. La resignación de miles de hombres y mujeres que solo logran sobrevivir al día con menos de un euro y se pasan deambulando por las calles en busca de comida para mantenerse con vida, es algo que impacta profundamente. A eso agreguemos las enfermedades y epidemias.

Podemos decir con fuerza y alegría que esa es la Etiopía que conocemos, llena de contradicciones y dificultades, de miseria y dolor, está también cargada de esperanza en un futuro mejor.

Llevamos con nosotras más de 100 kilos en: medicinas, ropa, calzado, juguetes, material escolar, material sanitario, papillas, y por supuesto los regalos que nos habéis entregado para vuestros apadrinados. Trataremos de visitar el mayor número de familias posible y aprovecharemos al máximo la experiencia; porque aunque el tiempo en Dubbo cunde, siempre se nos hacen cortos los días.

Ya estamos pensando en las actividades que realizaremos, en cómo entregaremos los regalos, en el trabajo diario de la Mesa de los Pobres, en visitar el hospital y comprobar que el Fondo de Sanidad Gratuita funciona y ha funcionado correctamente este año, por ello hemos hecho una placa conmemorativa que colocaremos en un sitio bien visible del Pequeño Hospital de Dubbo. Al regreso podréis compartir con nosotras esa experiencia y la ilusión de haber conocido los lugares, las gentes, las risas de los niños, los paisajes y el ambiente de las aldeas; os lo explicaremos todo y os enseñaremos fotos.

Ser voluntario es salir a la calle, ir a las casas, visitar los pueblos donde hay gente que sufre. Ser voluntario es entrar en el corazón de los que lo pasan mal. El voluntario trabaja gratis, no gana nada; pero eso no es cierto, el voluntario gana muchísimo, gana el placer de ser útil, la sonrisa de un anciano y de un enfermo, el abrazo de un niño, la amistad y el afecto de muchísimas personas.

El voluntario no ha pintado un cuadro, no ha hecho una escultura, no ha compuesto una música, no ha escrito un poema ni un libro, pero ha hecho una obra de arte con sus horas libres.

Nos empaparemos de Dubbo y de sus gentes, trataremos de comunicarnos y aprender de ellos, os podemos asegurar que nuestra experiencia es una experiencia recíproca y lo que nos traemos en la maleta de vuelta es una gran experiencia inolvidable. Os aseguramos que disfrutaremos de ella, la compartiremos con vosotros y la guardaremos para siempre en nuestras mentes y nuestros corazones.

Muchas gracias a todos por ayudarnos a CREAR-SONRISAS y hacer posible que vivamos esta experiencia, nos vemos a la vuelta.

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