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SITUACIÓN ACTUAL

En 1984, Etiopía sufrió una gran hambruna, ese año, la tierra se secó completamente y alrededor de un millón de personas murieron de hambre. En 2003, la situación se repitió. No se puede sobrevivir sin ayuda alimentaria. El tiempo de cosecha se acerca, pero las plantas siguen secas y se han agotado las reservas de los campesinos. Las estimaciones del Gobierno etíope no son nada optimistas. De seguir así, 6, 4 millones de personas necesitarán ayuda alimentaria en los próximos meses.

La Misión de Dubbo está situada al sur de Etiopía con 77 distritos habitados por 45 grupos étnicos que hablan diferentes idiomas y profesan distintas religiones (el islamismo o el cristianismo ortodoxo). Pertenece al Distrito de Wolaytta, y es la región más rural (91% de sus habitantes), es una zona muy castigada por las inclemencias del tiempo.
Aquí todo es verde, fértil, colorido; lo llaman la green famine (la hambruna verde). No es fácil comprender que en un sitio así sólo el 45% de los hogares consuma la ración diaria mínima de comida y que el 42% de los niños esté por debajo de su peso. Las razones hay que buscarlas en: la primitiva organización de la agricultura, en la natalidad descontrolada, y en los escasos medios.

Etiopía es uno de los países más poblados de África (más de 75 millones de habitantes). La familia media en las zonas rurales tiene seis o siete miembros que habitan una casa de 30 metros cuadrados (tukul) y cultivan a mano menos de una hectárea de tierra. "Los llaman las granjas del hambre", son hogares con demasiada gente que dependen de tierras demasiado pequeñas.

Cuando fallan las pequeñas lluvias de enero y febrero, se pierden las cosechas, y para una familia de seis miembros que depende de estas cosechas, está pérdida puede ser letal. Eso, unido al aumento de precios, confluye en la actual situación de alarma.

La subida del 150% del precio de los cereales ha ido minando la resistencia de todos. Y más grave que nada es el encarecimiento del tef (cereal nacional de Etiopía), que se ha duplicado en cuatro meses; en la actualidad está a mil birr (65 euros) el saco; hace una semana estaba a 950. Con el tef, se elabora la injera, que es el alimento básico de todos los etíopes. Etiopía, con 80 millones de habitantes, el 85% rural y el 10% dependiente de forma permanente de ayudas alimentarías, conoce de sobra las hambrunas. La primera se registró en el siglo XIX y hace veinte años más de un millón de personas murieron de hambre. Pero en el pasado, estas personas estaban concentradas en determinadas regiones del país, siempre rurales. Ahora la gente pasa hambre hasta en Adís Abeba, a escasos metros del suntuoso hotel Sheraton.

La hiperinflación del tef se produce pese a una buena cosecha y a que no se comercializa en mercados internacionales. La subida de la gasolina aumenta el coste de trasportar alimentos, así como fertilizantes. Y en un país sin excedente de cereales cualquier crisis desencadena especulación.

Etiopía necesita ayuda de emergencia, se enfrenta a la peor crisis desde 1984. Quince millones de personas amenazadas por el hambre en Etiopía Los primeros muertos por inanición de la actual crisis mundial de alimentos se producen en estos momentos en el sur y el oeste de Etiopía. El número de familias que acuden a la unidad de emergencia de Shashamane, a 250 kilómetros al sur de Adís Abeba, ha subido de 3 a 50 al día. Se calcula que 150.000 niños pueden morir en las cuatro próximas semanas.

'Si la anterior hambruna era una pesadilla, ésta es aún más horrible'.

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